jueves, 7 de junio de 2012

Próximo a finalizar el tercer y penúltimo año de la actual rectoría de Don Luis Pinto, cabe preguntarse por los liderazgos existentes para su relevo a un escaso año plazo

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Considerando que una de las características mas llamativas de nuestra universidad es la vieja costumbre de los potenciales  líderes de no hacer explícitos y taxativos sus planteamientos estratégicos respecto a los objetivos perseguidos  y procedimientos que se pretende emplear sin caer en las tradicionales ambiguedades e imprecisiones
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Posiblemente esto se deba al origen localista de cada uno de ellos, radicados en los Departamentos, Escuelas o Facultades, donde las personas se conocen más por su historia de actuaciones particulares y alianzas de trabajo que generan confianzas y lealtades, lo que se ve reforzado por la cultura  predominante  de los fundadores de la UTEM.
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Las dificultades que se han presentado en el largo proceso de creación del Plan Estratégico de la universidad requerido por el proceso de acreditación, desde el punto de partida más elemental de definir una Visión compartida,  luego pasar por la tarea algo más difícil de definir la Misión con sus  objetivos generales para finalizar con la definición de los pasos y acciones calendarizadas para lograr con cierta precisión los objetivos compartidos son una muestra de la falta de un liderazgo explícito y sólido, considerando que una parte importante de dichos trabajos se centró en una repartición casi ajena a la participación activa de la comunidad.
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Notorio para este efecto ha sido el lento y diluido proceso de "socialización" del Plan que se elaboró para el reciente proceso de acreditación en reemplazo de un verdadero debate y discusión previo a un plebiscito para la aprobación de dicho Plan, como debiera ocurrir en una comunidad universitaria.
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Cabe esperar que para la próxima elección de rector de la UTEM, se pueda contar con la opinión fundada de los candidatos respecto a la racionalidad y realismo de dicho Plan Estratégico, acorde con la naturaleza de la institución, sus recursos, amenazas y oportunidades reales.
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Sin un planteamiento orientador sistémico y profundo será muy difícil que la comunidad pueda  distinguir entre un verdadero líder y un mero administrador, que por muy grandilocuente que sean sus proclamas,  se desgasta día a día negociando pequeñas cuotas de poder y resolviendo los problemas contingentes en medio del oleaje de los acontecimientos externos.  
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Desde este punto de vista resulta dramático observar la marcha de la UTEM durante los últimos años cuyo único objetivo pareciera haber sido la subsistencia; y en consideración a ésta, la gran tarea ha sido y pareciera seguir siendo, la ACREDITACIÓN, por el máximo número de años posible.
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Sin menoscabo de lo anterior, eso sin duda no basta. Un Plan Estratégico es mucho más que el logro de esos importantes objetivos intermedios.
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Un Plan Estratégico que no se replantee la naturaleza "tecnológica" de nuestra universidad, impuesta al parecer por los creadores políticos de la UTEM, difícilmente podrá calar a fondo en el análisis del problema actual y futuro. No por nada la ex U. Técnica del Estado se safó a primera de cambio el  apelativo restrictivo de Técnica adoptando el nombre genérico de "Santiago".
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Lo mismo  hicieron la gran mayoría de las múltiples universidades privadas que enfrentaron el problema de la universalidad propia de este tipo de instituciones usando nombres de fantasía alegóricos  no restrictivos de su quehacer.(*).
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Posiblemente la comunidad UTEM, conciente de que los procesos de maduración nacional en el ámbito de la educación   pondrán  exigencias concretas más fuertes  al desarrollo de las instituciones de educación superior, se prepare adecuadamente para enfrentar el próximo proceso de acreditación, eligiendo y promoviendo auténticos líderes universitarios, acordes a las condiciones actuales del desarrollo nacional, a la creciente competitividad y a las demandas de las nuevas generaciones de estudiantes.
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C. Vila C.
(*) NOTA: Algunas Ues. privadas de menor desarrollo y altamente cuestionadas, como  la UNNIAC, la UNICINF y otras pocas más cayeron en el juego de restringir sus campos de desarrollo usando apelativos restrictores.
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Mirado desde un punto de vista algo más amplio, autodenominarse "tecnológica" es casi tan impropio como que  alguna universidad quisiera  denominarse "Universidad Filosófica",  Universidad Científica" o "Universidad Artística" en caso que hubiera alguna razón de Marketing en boga.
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La U. Técnica Fedérico Santa María de carácter privado y sin fines de lucro, pedrteneciente a una fundación combina desde sus orígenes el nombre de su fundador con el de "técnico". Sin embargo, en el último tiempo se ha abierto al campo de la Arquitectura y la Ingeniería Comercial. 
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