DE NUESTRO CORREO
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Estimados Señores:
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Con pesar constato que la decadencia institucional no han podido detenerla.
La Contraloría Interna de la cual forzadamente, formé parte, debe ser un ente fiscalizador de calidad, de ahí los numerosos requisitos exigidos a los candidatos al cargo.
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La Contraloría Interna de la cual forzadamente, formé parte, debe ser un ente fiscalizador de calidad, de ahí los numerosos requisitos exigidos a los candidatos al cargo.
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Lamentablemente el contralor que ejerce el cargo actualmente, es mi responsabilidad, si no hubiese manifestado la incompatibilidad que al Director Jurídico le afectaba el Sr. Rodriguez seguiría siendo parte de la misma Dirección.
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En ese entonces muchos representaban la falta de imparcialidad evidente del Sr. Pereira pero no se percataron que a su escudero lo aquejaba el mismo mal.
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En ese entonces muchos representaban la falta de imparcialidad evidente del Sr. Pereira pero no se percataron que a su escudero lo aquejaba el mismo mal.
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Entiendo que los acontecimientos sociales han desviado la atención de los funcionarios pertenecientes al Consejo Superior, pero les aconsejo humildemente, recordar para el próximo llamado a concurso, que lo óptimo es enemigo de lo bueno y en este caso en particular, es imperativo la imparcialidad e independencia del ente de control.
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Atte.
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Carolina Julio Albornoz
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NOTA EDITOR: Mientras la Rectoría sea la que se encargue de confeccionar las bases del Concurso del Contralor Interno y sea también la encargada de evaluar los antecedentes de quien debe controlar a la autoridad, difícilmente se logrará el objetivo de elegir a alguien que represente el Rol Contralor con la independendencia y autonomía requerida.
Al final, este segundo concurso fallido, que da prueba de lo anterior, permite que se continúe con la impropia situación actual de un contralor (s) de la confianza de rectoría.
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EDITOR
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