DE LA SEGUNDA.COM
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El coordinador nacional de la Fundación Educación 2020, agregó que Boza omitió "que admiten alumnos de bajo nivel para hacer negocio".
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El coordinador nacional de la Fundación Educación 2020, Mario Waissbluth, dijo a Coopertiva que el verdadero escándalo tras la salida del decano de Arquitectura de la Universidad San Sebastián es que éste haya omitido que el plantel hace un lucrativo negocio con alumnos de bajos recursos.
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El despido de Cristián Boza, que ha sido uno de los temas más comentados de los últimos días, se produjo luego de que éste dijera a la Revista Vivienda y Decoración de El Mercurio que sus alumnos no eran buenos, no tenían "cultura ni sofisticación" porque "el perfil de la universidad es C2, C3".
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A juicio de Waissbluth, la falta de preparación académica y cultural de los jóvenes de esos estratos "es una verdad del porte de una catedral", pero la frase es incompleta; "el escándalo es tener C2 y C3, que son de bajo nivel, y dejarlos entrar para hacer negocio".
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Waissbluth también disparó contra el actual sistema de acreditación, donde las universidades son juez y parte.
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"La parte que no se menciona es lo que se está profitando de tener a estos alumnos, dejándolos entrar indiscriminadamente, sin hacer lo necesario para nivelarlos", dijo Waissbluth, para quien esta actitud no es exclusiva de la Universidad San Sebastián, sino generalizada entre las universidades privadas.
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"Digamos las cosas como son: esto ha sido un negociado bajo el argumento de que yo 'soy el buenito que le da la oportunidad a los jóvenes'; (...) bajo la excusa de darle una oportunidad a los pobres" se ha dado origen a "La Polar universitaria", expresó el experto en Una Nueva Mañana.
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Acreditación versus libertinaje
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Para mirar la verdad en este tema hay que mirar las cifras del sistema universitario, dijo Waissbluth, que habló de una verdadera "regla del 40 por ciento: 40 por ciento de tasa de deserción, 40 por ciento de los que ingresan no entienden lo que leen, y cuando egresan salen parecido, las carreras duran en promedio un 40 por ciento más que lo que debieran durar, con aranceles que son fácilmente un 40 por ciento superiores a lo que debieran ser.
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Además en los últimos años, con el "bondadoso tratamiento a los jóvenes de menores ingresos la matrícula se triplicó en los últimos ocho años, triplicando por lejos la demanda de posibles puestos", dijo Waissbluth en relación con los malos resultados que exhibió la Prueba Inicia, sobre la formación de los profesores, y que tienen que ver con el deficiente sistema de acreditación de calidad.
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"Lo que hemos tenido en Chile es un absoluto libertinaje, un libertinaje atroz en todos los temas. Lo que hemos tenido aquí es tirar y abrazarse", afirmó el experto, que advirtió que "el sistema de acreditación en Chile no puede obedecer a la lógica de la autorregulación de las propias universidades, porque lo que han hecho las propias universidades con esto es un escándalo".
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Waissbluth recordó que "el Gobierno anterior intentó hacer un sistema de acreditación obligatoria, pero fue la violenta oposición de la Alianza la que terminó en una acreditación voluntaria. Como resultado, menos del 20 por ciento de las carreras están hoy día acreditadas".
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Hoy día "se requiere un sistema de acreditación completamente diferente, en el cual no sean los propios interesados, es decir, las propias universidades, las que administren el sistema", algo que ha concluido la comisión ministerial sobre Aseguramiento de Calidad de la Educación Superior al acusar numerosos "conflictos de interés", según informaba ayer La Segunda.
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"Esto no puede ser. Ha sido un escándalo y no queda otra opción que una intervención mucho más fuerte del Estado en la regulación general del sistema de educación superior. Tiene que ser un nuevo sistema de acreditación en el cual ni un solo peso del Estado puede ir a una carrera que no esté acreditada", sentenció el líder de Educación 2020.
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