DE LA DEFENSA DE LA EDUCACIÓN PÚBLICA A UNA REFORMA CONSTITUCIONAL PROFUNDA DE TODO EL SISTEMA.
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Paulatinamente, el movimiento universitario iniciado por las propuestas de reforma del sistema de educación superior que soportó durante veinte años en casi total silencio las consecuencias de las leyes dictadas por el régimen militar, ha derivado en una situación que reclama soluciones de fondo a un sistema mal concebido y que ha derivado en mantener y fomentar las divisiones sociales e inequidades de nuestra sociedad.
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Probablemente, el Ministro Lavín, nunca se imaginó que mediante sus promesas grandilocuentes de realizar una profunda reforma al sistema destaparía la Caja de Pandora de todas las insatisfacciones y desequilibrios acumulados y muy bien manejados durante los veinte años de gobiernos de la Concertación.
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En buen castellano, podría decirse que "la situación se le fue de las manos" y que ahora debe enfrentar el gran problema de conciliar los "derechos" adquiridos por una parte considerable de su sector político que atiende a cerca de 700.000 estudiantes de Educación Superior y ha hecho negocios e inversiones cuantiosas en Centros de Educación Superior, bajo el amparo de la LIBERTAD EDUCACIONAL, con las demandas ciudadanas de cientos de miles de personas que se sienten más afines con la Educación Pública en cualquiera de sus niveles.
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Dada la imposibilidad lógica y práctica de resolver un problema de esa magnitud desde el Mineduc, Lavín ha optado por dar un paso al costado y traspasarle el problema al Presidente y al Parlamento para que en largas sesiones discutan y midan fuerzas de acuerdo a los múltiples intereses en juego y busquen un nuevo punto de equilibrio.
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Esta será sin duda, una gran oportuniad para que el país pueda enfrentar y corregir en forma decidida sus estructuras clasistas, consagradas en la Constitución del Régimen Militar y que se reproducen en el sistema educacional.
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Sin duda, la tarea no será fácil. Pero la primera responsabilidad la tendrá el Presidente de la República que deberá enviar un Proyecto de Ley o de Reforma Constitucional adecuado a las circunstancias, dado que éstas no están para más reformas de parche ni "Agendas Cortas", como se acostumbra llamarlas elegantemente.
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En caso, de no ser capaces los actuales políticos de resolver este dilema, al mejor estilo Aliancista-Bacheletista, la situación actual podría terminar mal o peor.
En caso, de no ser capaces los actuales políticos de resolver este dilema, al mejor estilo Aliancista-Bacheletista, la situación actual podría terminar mal o peor.
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C. VILA C.
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