HABIENDO TRANSCURRIDO ALGO MÁS DE DOS AÑOS DEL PERIODO DE LA ACTUAL RECTORÍA, SE INICIA UN NUEVO AÑO ACADÉMICO EN MEDIO DE DIVERSAS COMPLEJIDADES Y DIFICULTADES DERIVADAS DE LAS MOVILIZACIONES ESTUDIANTILES Y DE LAS DEBILIDADES ESTRUCTURALES Y ORGANIZACIONALES DE LA UTEM.
.Poco antes de finalizar el anterior semestre académico, se bosquejó un análisis FODA de la actual situación institucional, que resume algunas de las principales dificultades que se presentarán con agudeza durante el presente año.
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Probablemente, para vuelta de vacaciones, Rectoría ya tendrá lista la conformación del equipo directivo con que enfrentará la segunda mitad de su periodo, el que finalizará conjuntamente con el siguiente y más riguroso proceso de acreditación, y en medio de una conflictiva elección presidencial y parlamentaria.
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Cabe esperar que las experiencias anteriores contribuyan a evitar que se repitan algunas malas decisiones, que tan caro cuestan a la universidad y su comunidad.
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Así también, es probable que a medida que transcurra el tiempo, debidos a las inquietudes de los académicos por las consecuencias de las decisiones que se adopten, incrementará su participación en los asuntos de la UTEM, adoptando un rol más activo de lo que ha sido hasta ahora.
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Posiblemente las críticas acumuladas a la gestión realizada y su estilo, encontrarán cauces de expresión más allá de los comentarios y análisis de pasillo, pese a las lealtades y compromisos extrauniversitarios que afectan a numerosos colegas.
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Por su parte, el movimiento estudiantil interno, dada la dura experiencia del año anterior, necesitará dejar pasar algún tiempo antes de retomar las iniciativas en la promoción de cambios tan sustantivos como el mil veces mencionado Claustro Triestamental; que en caso de realizarse, demandaría una gran cantidad de energía y tendría graves consecuencias inmediatas en la marcha de la organización y en el logro de la acreditación.
.Una lamentable señal al respecto se tuvo en los primeros aprontes del año recién pasado con la constitución de la Comisión Tripartita convocada por Rectoría a petición de los estudiantes y que finalizó empantanada por la exclusión de los académicos de dicha instancia.
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El carácter rupturista de dicha instancia que recuerda los movimientos de los años 60's y principios de los 70's resulta absolutamente incompatible con los esfuerzos de una frágil institución para recuperar parte su prestigio y posicionamiento académico.
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Lamentablemente, dicha convocatoria, logró distraer la atención e impedir la realización de un 'Claustro Académico' propiamente tal, concordante con las reglamentaciones vigentes.
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De continuarse por el camino señalado por la convocatoria rectorial, las consecuencias podrían resultar catastróficas para la comunidad UTEM. (Al respecto, no debe olvidarse con lo ocurrido con el Claustro Triestamental realizado en la USACH hace cuatro años).
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Los graves problemas acumulados en todo el sistema universitario durante los últimos 50 o 60 años, fruto de 'errores' o de 'maniobras' de grupos políticos que miraron sus propios intereses en vez de atender las necesidades del país, requerirán de una gran dosis de madurez, prudencia y audacia para poder retomar, aunque sea en parte, un rumbo que contribuya al desarrollo socioeconómico nacional. Hoy, casi un millón de estudiantes de educación superior y sus familiares esperan soluciones y acuerdos racionales y equilibrados en esa dirección.
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EN DESARROLLO.
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