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EN LA ANTESALA DE UN NUEVO AÑO ACADÉMICO Y EN VÍSPERAS DEL PRÓXIMO RECESO DE VERANO, LAS ORGANIZACIONES SUELEN HACER BALANCES RESPECTO AL FUNCIONAMIENTO DE SUS EQUIPOS DIRECTIVOS.
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Particularmente, esto se requiere en tiempos de crisis o dificultades, originadas ya sea por cambios bruscos en el entorno o por déficits de los equipos existentes.
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Sin embargo, lo que debe preocupar, de acuerdo con los antecedentes históricos de nuestra institución, es que en variadas ocasiones dichos cambios resultaron para peor (o, para mucho peor).
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Ejemplos, sin duda hay muchos, pero resultaría odioso recordarlos.
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En consecuencia, dado que no cabe duda que deben hacerse cambios importantes, resulta necesario analizar el porqué de lo que en otras oportunidades ha resultado para peor; a fin de evitar en lo posible que se vuelvan repetir esas desastrozas experiencias anteriores.
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EN DESARROLLO
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Dos comentarios:
ResponderEliminarSe dice por qué y no porqué
y...
buen piropo para Patricio Olivares y tremendo anuncio para el pobre Nelson