PARA QUE EXISTA DIÁLOGO SE REQUIEREN AL MENOS DOS INTERLOCUTORES

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EN LA MESA DEL DIÁLOGO HAY CUATRO INTERLOCUTORES,

PERO FALTAN OTROS CUATRO

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Para que exista un diálogo efectivo se requiere que se sienten a la mesa todos los interlocutores significativos con la intención de llegar a un acuerdo, reconociendo los límites fundamentales de las contrapartes.

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En la actualidad, tanto los rectores del CRUCH que representan en gran medida a los académicos empoderados en sus respectivas universidades; la FAUECH que ha participado en la conversaciones con el Congreso en representación de múltiples académicos; el Congreso en representación de la civilidad y de sus múltiples y contradictorios intereses; y los Rectores de la Ues. Privadas No Tradicionales en representación de los intereses de los empresarios que lucran con la educación  y las Fundaciones que las sostienen.

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Sin embargo, aún faltan cuatro interlocutores importantes: la Confech en representación de los estudiantes universitarios de Ues. tradicionales, los representantes de los Secundarios, los representantes de los profesores de enseñanza media y básica y los representantes de los Colegios que  lucran con la educación.

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En las actuales condiciones, donde algunos de los interlocutores se niegan a participar en las instancias de diálogo que la sociedad se ha dado para resolver sus conflictos, y otros se esconden o esperan que las consecuencias de las decisiones que se adopten les amenacen seriamente de perder algunos de sus privilegios para reacionar, sólo cabe esperar una crisis instritucional de gran envergadura que beneficiará a muy pocos y perjudicará a muchos, tal como  ya está ocurriendo en diversos sectores de la sociedad.

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El desfinanciamiento progresivo de las Ues. Estatales y otras afectadas por los paros y tomas de sus locales y la desorganización de sus procesos académicos empezarán a mostrar pronto sus consecuencias prácticas en diferentes órdenes de cosas.

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Por su parte, la situación de los Liceos Municipales en Toma no está mucho mejor; y sus miles de alumnos de cuarto medio que deberían dar su prueba de  PSU o lo que la reemplace, se enfrentan a una grave dificultad, especialmente los de más bajos recursos económicos que no pueden inscribirse en un Preuniversitario competitivo.

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Lamentablemente, las crisis institucionales las pagan sumamente caras los sectores más frágiles de la sociedad. En cambio, los mejor posicionados suelen sacar ventajas impensadas.

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C. Vila C.