UNA ENCUESTA FRACASADA : EXPECTATIVAS DE POSIBLE FIN DE MOVIMIENTO ESTUDIANTIL

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LUEGO DE CUATRO DÍAS DE ESTAR ABIERTA LA OPCIÓN DE OPINAR SOBRE LAS EXPECTATIVAS DE QUE FINALIZASE EL MOVIMIENTO ESTUDIANTIL SECUNDARIO, SÓLO 26 PERSONAS OPINARON AL RESPECTO, SEÑALANDO QUE:

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1.- UN 27 % CONSIDERÓ QUE FINALIZARÍA EN UNA O DOS SEMANAS ( (YA HA PASADO UNA DESDE EL INICIO DE LA ENCUESTA).

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2.- OTRO 27 % CONSIDERÓ QUE EL RETORNO SERÍA PROGRESIVO A MEDIDA QUE SE ACLARASEN LAS PROMESAS DEL GOBIERNO.

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3.- UN 46 % ESTIMÓ QUE NO SE VISLUMBRABA UN TÉRMINO PRONTO, DADO QUE LO PROMETIDO DISTABA MUCHO DE LO SOLICITADO.

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Sin bien,  resulta difícil  realizar pronósticos en relación a un movimiento que fue tomando fuerzas progresivamente apartir de los negociaciones de los rectores del CRUCH, y en particular del CUECH, inquietos por los difusos anuncios del gobierno de una reforma profunda del Sistema de Educación Superior, a través de diversos análisis se pueden sacar algunas conclusiones que permiten pronosticar que el proceso de alcanzar acuerdos tomará un tiempo adicional más largo que el acostumbrado en los gobiernos anteriores.

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La envergadura del problema educacional acumulado en la educación Superior y la magnitud de los intereses creados en torno a lo que se ha transformado en uno de los negocios más lucrativos del país, tanto en el sector privado como el estatal, hacían previsible que la búsqueda de soluciones plausibles para este momento histórico resultaría bastante difícil.

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Sin embargo, tal como lo reconoce la dirigente de la FECH en reciente declaración, el cansancio de los que promueven y sostienen los paros y marchas estudiantiles se hacen sentir presionando el encuentro de acuerdos, que pese a no satisfacer las demandas más profundas y radicales, logran compensar las aspiraciones básicas  y  los esfuerzos de una gran mayoría de los demandantes, acorde con los diversos costos en que  incurren los estudiantes: vacaciones postergadas, costos de vida, pérdida de continuidad de los estudios, incremento de la repetición de asignaturas, aumento de la presión de los profesores para cerrar los semestres en menor tiempo, etc.

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De la ecuación de estas dos fuerzas (costos y beneficios) resulta la extensión real de los movimientos estudiantiles, cuyos principales dirigentes deben evaluar las circunstancias y capitalizar los logros reales.

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C. Vila C.

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