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"A LA COMUNIDAD UNIVERSITARIA"
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AEDIL SUAREZ TORRES
Académico UTEM
Consejero Superior
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Ante las reacciones que ha despertado en la Comunidad Universitaria el programa “Esto no tiene nombre”, de Televisión Nacional de Chile, transmitido el pasado día 24 de mayo, y que abordó algunos de los graves problemas de gestión y académicos que afectan a nuestra Casa de Estudios, y particularmente, las manifestaciones dirigidas hacia el suscrito, tanto en su calidad de Consejero Superior de la Universidad como de docente de ésta, de parte de un sector determinado de los estamentos estudiantil y académico, siento un deber precisar lo siguiente:
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1°.- La participación de este Consejero Superior en el referido programa no estuvo inspirado en momento alguno en un afán de perjudicar la imagen del Universidad ni mucho menos conspirar en contra del proceso de acreditación institucional en la que ésta está empeñada.
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Por el contrario, mi propósito fue dar a conocer a la opinión pública las graves irregularidades que he denunciado en las sesiones del Consejo Superior, sin respuesta de la rectoría, como ante la Contraloría General de la República y que comprometen a la máxima autoridad unipersonal de la Universidad.
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Lamentablemente, en lugar de adoptar las medidas remediales que el escenario demanda, esa rectoría, en forma sistemática, se esfuerza en mantener sin solución aquellas irregularidades, desconociéndose las razones, y en disimularlas frente a la mayoría de los miembros de la Comunidad Universitaria, que se han convertido en presas fáciles de la desinformación y de la influencia de algunos adherentes incondicionales de esa línea de acción, adoptando una actitud que hace recordar los tristemente célebres tribunales populares vistos en organizaciones sociales sumidas en la anarquía, y que ciertamente son y deben ser ajenos a una cultura universitaria tolerante y democrática.
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2°.- Es absurdo sostener, como han hecho algunos de mis jóvenes pares, que el suscrito busca perjudicar a la Universidad, a la cual he dedicado muchos años de ejercicio docente, serio y comprobable; mucho menos veraz y racional es atribuirme el objetivo de alcanzar un cargo relevante en la Universidad, de producirse un cambio radical en el actual gobierno de ésta.
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Al respecto y con pesar, debo manifestarles que tales afirmaciones no me duelen ni mucho menos me sorprenden, porque no esperaba otra actitud de quienes las han emitido, que la atribuyo a la desorientación, la ambición o a una evidente falta de madurez. Algunas de esas personas, en un pasado no muy lejano, recibieron mi respaldo en su desarrollo académico y un cargo de planta o el financiamiento para estudios de post grado en el extranjero de parte de la misma administración universitaria que ahora demonizan. De todo esto, y esas personas bien lo saben, hay pruebas irrefutables.
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3°.- He dicho y lo reitero en este comunicado, que en mi intervención en el programa televisivo antes señalado, junto con denunciar los problemas reales que afectan a la Universidad, que he conocido durante mi labor como Consejero Superior, manifesté lo que a mi juicio es la solución adecuada de ellos. Desafortunadamente, la línea editorial del programa sesgó mis declaraciones, descontextualizándolas, situación que atribuyo a un criterio periodístico del que no puedo hacerme responsable.
Sin embargo, debo recordar a la Comunidad Universitaria que más allá del cariz que lo exhibido pudo tener, del que se puede disentir o discrepar, lo cierto es que se trata de un programa de denuncia ciudadana que goza de alta valoración y credibilidad social, al dar cuenta de hechos, no de fantasías, que han quedado marginados de los mecanismos formales de solución, como acontece en la UTEM.
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La primera responsabilidad, consiguientemente, por el perjuicio que la Universidad pudo sufrir en su imagen o en sus posibilidades de acreditarse, a raíz de una exposición negativa en ese programa de televisión o en otros medios de comunicación social, no es de quienes denuncian las irregularidades sino de quienes se empeñan en mantenerlas sin solución y de los que, conociéndolas, adhieren fervorosamente a un tipo de conducción institucional que hace algunos años criticaban con vehemencia, al punto que entonces ellos mismos realizaron denuncias ante organismos públicos externos.
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4°.- Si ese deterioro de imagen institucional ha motivado un pronunciamiento adverso del Sr. Ministro de Educación sobre la situación actual de la UTEM, tampoco es mi responsabilidad.
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Es demencial sostener a estas alturas que los problemas de la Universidad parten del programa de televisión señalado, de las opiniones del dicho Secretario de Estado, o que en la experiencia de la UTEM se juega el futuro de la Educación Superior del Estado, como algunos pretenden enarbolar para tender una cortina de humo sobre los apremiantes problemas de la Universidad.
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No se puede negar que desde hace tiempo nuestro gobierno universitario ha adoptado una conducta no sólo indiferente frente a la Contraloría General de la República, con las consecuencias que ya se están haciendo notar. También ha mostrado un curso de acción divergente hacia la supervigilancia a la que está sometida la Universidad respecto del Ministerio de Educación, especialmente, en lo que refiere al proceso de acreditación institucional y que se canaliza, entre otras formas, a través de los representantes de S.E. el Presidente de la República en el Consejo Superior. Ni hablar del casi nulo acatamiento de las observaciones de la Comisión Nacional de Acreditación.
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Cabe recordar en ese contexto que el Sr. Rector, avalado por un informe de la Dirección Jurídica, ha manifestado, incluso frente al Consejo Superior, que la preparación e inicio de ese proceso de acreditación, crucial para el futuro de la UTEM, es de su exclusiva responsabilidad y que sólo él está dotado de la facultad de tomar decisiones sobre el tema, reduciendo la injerencia de las instancias de participación universitaria a su mínima expresión.
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Por eso no es de extrañar que el Sr. Ministro de Educación, como el propio Sr. Rector lo ha informado a la Comunidad Universitaria, ha manifestado su apoyo al proceso de acreditación institucional de la UTEM, pero con el monitoreo permanente del Ministerio del ramo.
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Los hechos hablan por sí solos.
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5°.- Por todo lo anterior y por el firme compromiso que asumí al postularme como integrante del Consejo Superior de la Universidad, de hacer de éste cuerpo colegiado un eficaz y efectivo garante de los intereses superiores de la Universidad y de la institucionalidad de ésta, que no obstante sus imperfecciones debe ser acatada, es que no cederé a las presiones que se han dirigido a mi persona, de manera velada o manifiesta, en pos de lograr mi renuncia al cargo de Consejero Superior y de académico de la UTEM, y que por desgracia han cobrado ímpetu de la inexplicable inercia del Sr. Rector, quien como la historia de la Universidad lo atestigua, es el autor indiscutido de parte esencial de aquella institucionalidad.
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Es precisamente el Sr. Rector el primer obligado y responsable porque esa institucionalidad no se violente, al punto de ceder frente a vías de hecho ilegítimas orquestadas por quienes se encuentran muy distantes del “ALMA UTEM” y que con sus acciones recientes, de rebelión e intransigencia ante una autoridad ministerial, usando un lenguaje de pandilla o de montonera, no hacen otra cosa desprestigiar a la Casa de Estudios que los cobija y provee de formación profesional.
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Asimismo, es el Sr. Rector el primer responsable de velar por la vida e integridad física de cualquier miembro del estamento académico, como lo es el suscrito, que en el cumplimiento de sus deberes como Consejero Superior de la Universidad y funcionario público, ha debido recurrir a instancias externas a denunciar las graves irregularidades que deterioran el prestigio de nuestra institución.
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Digo esto porque cuento con pruebas objetivas de amenazas de muerte en mi contra a partir del programa de televisión antes referido las que, de no terminar de inmediato, me obligarán a ejercer acciones legales no sólo contra quienes las han realizado, sino también en contra de la autoridad institucional que, en lugar de adoptar medidas tendientes a impedir ese tipo de acciones, acabando con un cuestionamiento público e injusto hacia mi persona, ha optado por estimularlas mediante comunicados internos en los que se afirma que la Comunidad Universitaria ha impuesto al suscrito un plazo para renunciar, de 24 horas, so pretexto que de no hacerlo operarían los reglamentos universitarios.
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No puedo culminar esta declaración sin expresar mi decepción por el comportamiento de algunos de mis colegas, que de manera irreflexiva y enconada han tomado partido en las acciones de presión ilegítima en mi contra, y por la actitud de la directiva de la Asociación del gremio que, se suponía, debía cautelar la dignidad del cuerpo académico haciendo de éste un actor relevante en el desarrollo de la Universidad, en primer lugar defendiendo la institucionalidad universitaria y en segundo lugar adoptando una postura independiente y mesurada respecto la gestión institucional, para cautelar los intereses de sus representados. Dado que no se cumplen esas condiciones, deteriorando aún más la ya exigua representatividad que tiene del cuerpo académico de la UTEM, el suscrito ha tomado la triste decisión de desafiliarse de esa Asociación gremial.
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Saluda atentamente a ustedes,
.AEDIL SUAREZ TORRES
Académico UTEM
Consejero Superior
Increible. Sorprendente.
ResponderEliminarPese a lo bien redactada de esta carta, no pasa desapercibido para nadie las enormes confusiones conceptuales del Sr. Suárez.
Nadie puede confundirse con el legítimo derecho y obligaciön de todo ciudadano y en especial de todo funcionario pÙblico, de realizar las denuncias correspondientes de presuntas irregularidades ante las autoridades competentes, tal como lo hizo el suscrito en su momento, o la colega Marìa Victoria Vallejos en esta oportunidad, con la participación en un Programa Televisivo que se sabía de antemano que haría escarnio de la universidad.
No me cabe duda que el Sr. Rector ha cometido numerosos errores durante el actual mandato y en los anteriores, en casi todo orden de materias, tanto políticas como administrativas, teniendo presente la caótica situación en la que recibió la universidad. Pero de allí, a intentar ahogarlo hundiendo el barco con toda su tripulación, me parece, por decir lo mínimo, una exageración.
Afortunadamente ha decidido oportunamente renunciar a la
Asociación de Académicos, evitando de este mnodo someter a sus colegas y amigos a una situación extraordinariamente dura.
Corresponderá en lo que sigue a continuación, que el Consejo Superior en el uso de sus atribuciones legales, sopesando los pro y contras del caso, evaluar la situación y adoptar una decisión, opensando en el bien de la institución y de sus miles de alumnos y egresados.
Claudio Vila C.
Ex Consejero Superior
Ex Presidente Asociación Académicos
Ex Denunciante del Sr. Avendaño en las instancias correspondientes.
En el foro de presentación de los académicos candidatos al Consejo Superior el Sr. A.Suárez ya se refirió al programa televisivo que vendría y a su tenor.
ResponderEliminarEse foro fue grabado. No pretenda ahora haber sido "sacado de contexto". Se suma a su entrevista a The Clinic.
Confío en que será alejado de la Universidad con urgencia.
María Teresa Rodas